La Oliva
“Cillas” son los edificios donde se almacenaba la parte de las cosechas que cada agricultor pagaba al obispado en concepto de renta, conocido como diezmo en referencia a la décima parte del total cosechado.
Estas estancias, construidas al estilo tradicional majorero, estaban acondicionadas para almacenar los productos de la tierra, sobre todo el grano, en las mejores condiciones posibles de conservación.
En Fuerteventura existían varias cillas para recoger los tributos en distintos puntos de la geografía, pero la de La Oliva es la única que se conserva y que ha sido adaptada como centro museístico de la cultura agrícola de la isla.
La agricultura fue la actividad económica imperante desde la conquista hasta mediados del siglo XX, en ella se basaba la alimentación de sus habitantes, la organización social y las relaciones económicas con el exterior y, por lo tanto, resulta de gran importancia para comprender la historia de Fuerteventura.
Nunca dejes residuos de ningún tipo en el entorno, incluidas las colillas. Los restos de comida contribuyen a la proliferación de roedores y gatos asilvestrados que suponen una grave amenaza para la fauna.
Respeta a los animales, no los molestes ni los alimentes. Si ves algún ejemplar herido, puedes avisar en el teléfono de emergencias 112. Tampoco arranques flores o plantas.
No recojas ni te lleves piedras o cualquier otro elemento del medio natural. Tampoco lo modifiques amontonándolas para realizar las tristemente famosas “torres”.
No camines por espacios no permitidos y respeta la señalización de los senderos. Salirse de los caminos habilitados provoca daños en el entorno y además puede ser peligroso para ti y para quienes te acompañan.
No enciendas fuego fuera de las zonas permitidas y ten especial cuidado en los meses de verano.
Procura no alterar la tranquilidad del entorno con ruidos excesivos (música alta, gritos…).